La trampa de la zona de expansión

Hay mucho material escrito a cerca de las debilidades de la zona de confort y las virtudes de la zona de expansión. Sin embargo me encuentro muchas veces en terapia algo de confusión a cerca de ello y me gustaría aportar un poco de luz al respecto, porque ampliar esta información puede evitar que sigas auto-exigiéndote y tratándote injustamente. 

La literatura de auto-ayuda nos empujan continuamente a vivir en la zona de expansión, lo cual es genial y enriquecedor, como ahí se apunta. Sin embargo quiero profundizar algo más en esto. 

La zona de expansión es esa zona donde podemos aprender, enfrentarnos a lo desconocido, afrontar nuestros propios miedos, superar retos y demostrarnos que podemos llegar tan lejos como nos propongamos. 

Las sensaciones asociadas son siempre movilizadoras, tales como; valentía, coraje, crecimiento, superación, optimismo, expansión o alegría. 

La sensación se podría asimilar bastante a la que tenemos al salir después de un entrenamiento del gimnasio, a la que sentimos después de un plan que nos ha sentado bien, pero que previamente no nos apetecía hacer, o la sensación que nos invade cuando aprobamos un examen que nos ha costado esfuerzo y sacrificio superar. Por eso se la llama zona de aprendizaje, porque es la zona en la que se aprende y nos ayuda a evolucionar en el día a día. 

Esto indica que si no estás sintiéndote así es porque no estás en la zona de expansión. Sino que has podido cruzar esa linea tan fina que la separa de la desconocida y poco mencionada ZONA DE PÁNICO.

La zona de pánico es la zona donde los retos son demasiado intensos, los desafíos se nos escapan del control o la exposición a situaciones estresantes se alargan demasiado en el tiempo sin darnos tregua para el descanso. Dicho en otras palabras, es la zona en la que estas afrontando retos que se te escapan del control, puede que  sea debido a que no estás preparado emocional, física e incluso intelectualmente. Lo que provoca que no podamos aprender ni evolucionar en ningún sentido, ya que estamos bloqueados. 

Muchas veces la confundimos porque están a un paso de la zona de expansión. Y por ello, a pesar de estar desbordados por cualquier circunstancia que excede nuestras capacidades, ignoramos el stress al que estamos expuestos. 

Ahí van algunos ejemplos: 

• Trabajar en un entorno laboral en el que no dominas en idioma que se habla. 
• Correr una carrera sin haber entrenado tu cuerpo previamente.
• Asumir una promoción en el trabajo sin ninguna tipo de guía o soporte. 
• Quedarte sin el trabajo que te pagaba las facturas de un día para otros. 
• Superar una ruptura o una pérdida. 

Cómo puedes imaginar aquí las sensaciones son paralizantes, como por ejemplo;  miedo, bloqueo, dudas, confusión, amenaza o contracción. Y por tanto está muy lejos de enriquecernos y ayudarnos a evolucionar. 

Los principales síntomas de llevar un tiempo en esta zona son; fatiga, ansiedad, niveles muy bajos de autoestima, insomnio, cansancio físico, falta de concentración, dificultad para tomar decisiones e incluso depresión. 

Por tanto me gustaría que te pares a reflexionar en que zona estás en cada área de tu vida (personal, profesional, familiar, deportiva; etc). Porque la exposición continuada a la zona de pánico puede ser incluso más nociva, que la zona de CONFORT.

¿Por qué? Porque la zona de confort, te mantiene en la zona cómoda donde no afrontas ningún reto y simplemente te relacionas con lo conocido día a día. Tampoco se aprende nada, pero por el contrario no te expone constantemente a situaciones que se escapan de tu control y en consecuencia el stress al que estás sometido es infinitamente inferior. 

Uno de los errores más comunes que se cometen al pensar en la zona de confort es confundirla con la de DESCANSO, absolutamente necesaria para tener una vida saludable. 

La zona de descanso, es la zona que necesitamos visitar de vez en cuando para encontrarnos con nosotros mismos, para volver a niveles normales de actividad, para relajar nuestra mente y nuestro cuerpo; en definitiva para recuperarnos del esfuerzo y el trabajo duro que afrontamos diariamente, sea en la zona que sea. 

La principal diferencia entre la zona de descanso y la de confort, es que la de descanso te hace sentir bien y renovado y la de control culpable  y aburrido.

Algunas anotaciones para añadir más claridad a esta lectura: 

• Puedes estar en diferentes zonas a la vez, en cada una de las áreas de tu vida. Es decir; puede que lleves trabajando 20 años en la misma empresa ( zona confort área profesional) y a la vez puedes estar iniciando una nueva relación sentimental (zona expansión área sentimental). Lo cual aporta cierto equilibrio en tu vida. Ya que estar todo el tiempo en la zona de confort sería tremendamente frustrante y aburrido y a su vez estar constantemente en la zona de expansión sería demasiado exigente y agotador. 

• Trata de balancear el tiempo que pasas en cada una de ellas en tu día a día y no te olvides de visitar, al menos una vez al día, la zona de descanso. 

• Si llevas un tiempo en la zona de pánico y por ahora no la puedes abandonar es necesario que  pases todo el tiempo que puedas en la zona de descanso. Si te sigues forzando sin descanso, caerás enfermo o desarrollaras algún problema mental originado por esta experiencia traumática. 

• Piensa en que necesitas trabajar para convertir tu zona de pánico en la de aprendizaje. Tal vez necesites ayuda externa; cómo hacer un curso, contratar un experto en cualquier materia, ir a terapia o simplemente pedir ayuda a tus seres queridos. 

• Si eres una persona que nunca paras y te dices continuamente  “en la zona de confort no se crece”  puede que sea una trampa que te estás haciendo a ti mismo y tu zona de pánico precisamente sea parar y disfrutar del tiempo libre.

• Y por último PLÁNTALE CARA A TU AUTO-EXIGENCIA y trátate con mucho AMOR para afrontar cualquier cambio que necesites hacer al respecto.